¿Quién puede resistirse de vez en cuando a una ‘chelita’? Esta popular bebida, amada por muchos y odiada por otros en nuestro país particularmente es constante objeto de debates por sus efectos en la salud.
Incluso aquellos que llevan una dieta pueden desear disfrutar de una bebida alcohólica ocasional, como vino, cerveza o tequila; pues bien, no decimos que esté completamente prohibido, pero sí es clave hacerlo de manera moderada y consciente.
No es necesario eliminar el alcohol por completo de tu vida, pero sí es importante elegir momentos y cantidades adecuadas para evitar que tus objetivos de salud se vean afectados.
Comúnmente, el consumo de cerveza se relaciona con eventos nocturnos, ya sean reuniones privadas o fiestas, pero te sorprenderá saber que esto puede resultar contraproducente, en especial si se intenta mantener un sueño reparador y un equilibrio en la salud.
Esto se debe a los ritmos circadianos, los ciclos biológicos del cuerpo influenciados por la luz y la oscuridad, que regulan funciones como el sueño, la digestión y la liberación hormonal. Estudios muestran que el alcohol afecta la fase REM del sueño, lo que puede derivar en insomnio o sueño de mala calidad.
Esto te va a sorprender, pero algunas investigaciones indican que tomar cerveza en las primeras horas del día podría ser menos perjudicial para el sueño, ya que el cuerpo tiene más tiempo para metabolizar el alcohol antes de la noche, minimizando el impacto en los ritmos circadianos.
Si decides probar esta práctica, es importante hacerlo en un contexto que promueva tu bienestar general. Acompañar la bebida con un desayuno equilibrado que incluya proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos ayudará a amortiguar la absorción del alcohol y a asegurar una base nutritiva para el resto del día.
También es una opción optar por cervezas con bajo contenido de alcohol, como las ligeras o artesanales de baja graduación, pues así puedes evitar en mayor medida los efectos negativos.
Así que ya sabes, nadie te podrá juzgar si intentas iniciar tu día tomando una chelita, pues ahora puedes decirle que con esta práctica sacas beneficios para tu salud. Eso sí, debes hacerlo de forma moderada y responsable; de lo contrario, podría repercutir en el resto de tu día.