Los paradigmas de la masculinidad

Hace poco revisité una película que recomiendo ampliamente por su narrativa tan poderosa, llamada Billy Elliot (Pasión por el baile) de Stephen Daldry.  

La historia aborda el conflicto de un niño que se enfrenta a los prejuicios de la familia y de la sociedad para dedicarse a su gran pasión: el ballet. Aunque es una película del año 2000, todavía está muy vigente porque la sociedad todavía está en pleno debate sobre las nuevas formas de asumir la masculinidad. 

Es un ejercicio importante para entender un poco más sobre los roles de género que impone la sociedad, sobre lo que es “ser hombre” y la división social entre lo masculino y lo femenino. Billy se cuestiona frente a sus padres, ¿qué tiene de malo el ballet? Y este le responde que nada para las niñas, pero no para los niños, ya que estos deben gustarle el fútbol o actividades “masculinas”.  

Otro ejemplo más actual y que vale la pena echarle una revisión es la película Barbie, dirigida y escrita por Greta Gerwig, porque directamente nos presenta un nuevo modelo de masculinidad representado en la sub historia de Ken. Un personaje que tiene su primer despertar al darse cuenta de que en el universo de Barbie, ellas son las protagonistas y ellos tan solo sus accesorios. Es decir, Ken solo tiene un buen día si Barbie lo mira. Por lo tanto, esa debilidad es lo que justifica que luego se convierta en un tirano (que no es más que la masculinidad frágil que se empodera de él). 

Y es que, al adentrarse al mundo real de los humanos, aprende que el patriarcado privilegia a los hombres, por lo que organiza una revuelta que los vuelve competitivos, violentos, machistas y su validez simbólica se basa en sus carros, y en su vida llena de frivolidades. Poco a poco se va transformando y aprendiendo que es posible armonizar con el mundo femenino sin perder su masculinidad. Y lo más importante, va deconstruyéndose, autoconociéndose y reafirmándose.  

Ambas películas nos presentan universos donde los hombres se salen de esos paradigmas impuestos, y descubren por sí mismos cuál es la masculinidad que desean vivir, volviéndose más armoniosos consigo mismos, más libres y más conscientes. De eso se trata. Vale la pena que si no las han visto, lo hagan. Se las recomiendo.