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Desde la noche del pasado martes 12, según trascendió, la Marina se habría hecho cargo del Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones, Cómputo, Contacto Ciudadano e Inteligencia (C5-i), ubicado en la zona conurbada de Boca del Río y que tenía bajo su control la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado.
La orden vino directamente de la capital del país, donde tanto en la Fiscalía General de la República (FGR), que encabeza Alejandro Gertz Manero, como en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), a cargo de Omar García Harfuch, persiste un justificado enojo por la agresión directa en contra de nueve elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), adscritos a la Policía Federal Ministerial (PFM) en la Unidad de Secuestros de la Ciudad de México, que bajo el mando de la oficial Marilú Maldonado fueron sorprendidos por una banda de secuestradores que habrían sido alertados, recibiéndolos con metralla en su guarida de la Colonia Rigo, de Boca del Río. El saldo: un agente federal muerto y dos heridos.
Por ser un operativo de alto riesgo, se intentó ejecutar con absoluto hermetismo. Supuestamente ninguna autoridad local lo sabía. Tan es así que, hasta después del tiroteo, arribaron al lugar elementos de las corporaciones de "los tres niveles del gobierno", según se consignó en el reporte oficial, en el que se informa que no hubo detenidos, más que "un agresor ultimado en el lugar".
El fracaso de este desafortunado operativo de la PFM no debería sorprender a nadie, pues en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río radica la célula principal del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que en el sexenio del exgobernador Cuitláhuac García operó con total impunidad y tiene infiltrados a casi todos los cuerpos policiacos del estado y municipios. Sus sicarios fueron los que masacraron en enero de 2023 en el puerto de Veracruz a Fernando Vega Pérez y a su familia. "El Pino", como era conocido, había asistido a Boca del Río a un evento del partido Fuerza por México que, dos años antes, lo había postulado a la alcaldía de Coxquihui. El hermano del exalcalde Reveriano Vega, líder de Los Pelones, era identificado por el gobierno estatal como jefe de plaza de El Espinal, en la sierra de Papantla.
Por eso no fue fortuito que luego de la agresión directa a los nueve elementos de la PFM, el C5 de Boca del Río pasara a manos de la Marina. Hace cinco años, el 31 de julio de 2020, fueron desaparecidos Ismael Domínguez Conde y Yeraldi Cortez Pérez, dos elementos de la Fuerza Civil comisionados a dicho centro de inteligencia. Domínguez conducía un auto naranja, placas MXF-9473 del Estado de México, cuando desapareció. Ambos aparecieron muertos en el municipio de Papantla, en el norte del estado. Pocas horas después del hallazgo, el entonces secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, ordenó el cambio del delegado regional, de todos los mandos de la Fuerza Civil, Policía Estatal y del comando del C-5 que operaban en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. También trasladaron a otras sedes a todos los elementos operativos que estaban destacamentados en la conurbación y llegaron nuevos efectivos para el patrullaje. De todo el personal removido, sólo quedaron algunos empleados administrativos.
¿Algo cambió? Obviamente no.