Casi siempre los ingenios de la industria azucarera, sobre todo los ubicados en la geografía veracruzana, no tuvieron la fortuna de ser asentados o instalados en las cabeceras municipales, y por alguna razón los ingleses así lo decidieron. Incluso cubanos y holandeses, al incorporarse a la industria de las chimeneas, dejaron todo igual.
Es ahí donde empieza todo su viacrucis, en el terreno de los caminos y arterias por donde se transporta la caña de azúcar en su conjunto, es decir, insumos y equipo para llegar a producir el azúcar en los molinos, cuchillas y calderas de los ingenios en sus diversas modalidades, así como los subproductos: la panela, el bagazo, el bagacillo, la cachaza, el melote, la melaza y la vinaza, incluso el alcohol.
Y es que los fleteros de la caña, trabajadores cañeros, así como los azucareros, industriales y sin descontar el tráfico común en esas regiones, usan, a fuerza de la necesidad, caminos rurales, municipales, estatales y hasta federales y concesionados. Y entonces, como es demasiada la diversidad de tipos en el uso de unidades sobre las carreteras, se echan la bolita unos a otros, y la administración de todos los sectores aludidos evita la carga de darle mantenimiento a los caminos, y al final, nadie o muy pocos hacen algo, por no decir que nada.
Justo hace dos meses acabó el ciclo de la zafra y se empata con la época de lluvias, en pleno periodo de reparación de las fábricas, y los caminos y puentes en zonas cañeras están en muy malas condiciones, igual en la región de Córdoba que en la cuenca del Papaloapan, en los Tuxtlas, Lerdo y Cabada, en el Higo, Coatepec o Pánuco. Pero en el entorno a las 18 factorías veracruzanas todos los caminos cañeros están en pocas óptimas condiciones, por no decir que en muy malas.
Oí decir a mi padre (QEPD), como obrero de la industria azucarera, que el exgobernador Agustín Acosta Lagunes decía: "Que no puede haber desarrollo si no hay una vereda real", y así se refería el economista y servidor público federal a la importancia que tienen los caminos para la producción y el desarrollo en su conjunto.
Es un problema que golpea al campo cañero, azucarero y de la industria en Veracruz - casi el 40% de las 212 municipalidades siembran caña de azúcar - y los caminos están destrozados con obras inconclusas o mal hechas desde hace varios años. Pero también es de decirse que muy poco o nada se ha invertido en la red de caminos cañeros por la federación, estado y municipios.
En Veracruz somos un estado con poco más de 8 millones de habitantes y existen 18 ingenios azucareros en producción de las 49 factorías en México, lo que equivale al 36 % de ellas, y se traduce en empleo directo para 1 millón de personas, lo que significa el 12 % de la población. La caña de azúcar se convierte así en parte de la espina dorsal de la economía estatal y nacional.
Los trabajos para las obras de conservación y mantenimiento a los caminos cañeros quienes los invierten son la comunidad cañera e industrial, pues desde hace varios años cada uno de los productores de caña de azúcar aporta entre 5, 6, 7 o hasta 8 pesos por tonelada que entregan a las factorías. Y los descuentos presumen ser transparentes, y se hacen a través de acuerdos establecidos en el seno de los comités de calidad y producción cañera en cada ingenio.
Lo anterior constituye una bolsa de recursos que permite a los industriales azucareros - y donde ellos en algunos casos aportan similar cantidad - programar y ejecutar obras para la conservación y el mantenimiento de los "caminos alternos y subalternos", y mejorar las condiciones del transporte de la cosecha de caña desde el campo a las fábricas.
En promedio, la producción ha venido siendo de unas 700 mil toneladas de caña por ingenio (industrializada), y hay 18 en el estado, es decir, se juntan cerca de 180 o 200 millones de pesos.
Dicho de otra forma, ingenio y productores aportan casi 10 MDP para obras de caminos, una suma de esfuerzos considerable, y que aumenta la inseguridad en esas regiones.
En el financiamiento de obras de ese tipo, hay autoridades de los ayuntamientos que tratan de engañar o simular que ellos las realizan y buscan cobrar de una manera ilegal, pues solo crean la existencia documental, pero esa es otra historia, diría Nana Goya.
Desafortunadamente, todos los insumos aumentaron de manera muy importante y la mayoría de los cañeros de Veracruz no han podido fertilizar adecuadamente y recientemente, lo que les daña en el rendimiento de la caña y la producción de azúcar, sin omitir afectaciones que ocasionan diversas plagas, y peor si "los caminos saca cosecha" están en malas condiciones de tránsito.
La carretera y puente que mejor pueden tener los cañeros y la industria del azúcar en Veracruz es que el sector gobierno en la próxima administración se sume en esfuerzos, pues el 37 % de los ingenios en el país que están en operación - 18 de 49 fábricas - deben ser escuchados, orientados y ayudados para resolver sus necesidades, no hacerlo será dejarlos a merced de posibles actos de corrupción y la inseguridad.
La conexión de autoridades en tareas de apoyo a las familias cañera y azucarera en el campo y caminos de Veracruz les ayudaría en la seguridad, el abatimiento en el rezago del desarrollo económico, pero también a "combatir la pobreza y vulnerabilidad social".
¡ ES CUANTO !
José Luis Enríquez Ambell
enamjl62@gmail.com; enriquezambell@gmail.com