“La humanidad se encuentra sobre una muy fina capa de hielo, que se derrite rápidamente”.
António Guterres
Secretario General de las Naciones Unidas
El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio climático (IPCC), publicado el pasado 20 de marzo, en Interlaken (Suiza), es un duro recordatorio de que se acaba el tiempo para cambiar de rumbo, pero confirma que existen las herramientas para lograrlo. Existen diversas opciones viables y eficaces para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al cambio climático provocado por el ser humano, las cuales están disponibles en la actualidad.
El IPCC es el órgano de las Naciones Unidas encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático.
Fue establecido en 1988 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a fin de que facilitase a los dirigentes políticos evaluaciones científicas periódicas sobre el cambio climático. El IPCC tiene 195 Estados Miembros que son miembros de las Naciones Unidas o de la OMM.
El mensaje fundamental del informe del IPCC es inequívoco, “Sin medidas urgentes, eficaces y equitativas de mitigación y adaptación, el cambio climático amenaza cada vez más a los ecosistemas, la biodiversidad y los medios de subsistencia, la salud y el bienestar de las generaciones actuales y futuras”, afirma el documento, elaborado por 93 autores.
La incorporación de una acción climática eficaz y equitativa no solo reducirá las pérdidas y los daños para la naturaleza y las personas, sino que también aportará mayores beneficios. El informe destaca que urge tomar medidas más ambiciosas y se demuestra que, si actuamos ahora, aún es posible garantizar un futuro sostenible y habitable para todos.
La humanidad ha alterado drásticamente el planeta en solo unos siglos, y la responsabilidad del cambio climático está vinculada a la combustión de carbón, petróleo y gas. En ningún momento de los últimos 2 millones de años las concentraciones de CO2 en la atmósfera terrestre han sido tan elevadas como en la actualidad.
La Tierra ya se ha calentado al menos 1.1 grados centígrados en comparación con la época preindustrial, a mediados del siglo XIX. En Paris en 2015, los líderes mundiales acordaron, tras intensas negociaciones, limitar el calentamiento global a un objetivo común de 1.5 grados. Hasta ahora, ningún país importante está a tiempo de cumplir este objetivo.
Sin embargo, según los científicos, la oportunidad de lograr estos objetivos aún se puede alcanzar. Para 2030, la comunidad mundial debe reducir casi a la mitad sus emisiones procedentes de la combustión de carbón, petróleo y gas, o se enfrentará a un calentamiento de unos 3 grados.
En resumen, nuestro mundo necesita una acción climática en todos los frentes: todo, en todas partes, al mismo tiempo.
Todos los países deben formar parte de la solución.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.