Hay puestos en el gobierno federal que son más importantes que las secretarías de Estado y son las dos paraestatales: la CFE y PEMEX que cuentan con un presupuesto anual de varios cientos de miles de millones de pesos. Por ese motivo se ha desatado una campaña de guerra sucia de corrupción en contra de sus titulares el poblano Manuel Bartlett y el tabasqueño Octavio Romero.
Son muchos los intereses que se mueven para que sus sucesores revivan los tiempos de corrupción del pasado. Son los personajes claves de las administraciones federales por los elevados recursos que manejan y los miles de trabajadores que dependen de estas empresas públicas.
Son los funcionarios consentidos de los presidentes. Al igual que los secretarios de la Defensa y Marina se mantienen en secreto y hasta el final sus nombramientos.
Hacer público que la poderosa empresa Televisa utilizaba la extorsión para obtener recursos públicos como el caso de la entonces candidata a la gubernatura de Veracruz, Norma Rocío Nahle y que no haya ninguna respuesta por parte de su dueño Emilio Azcárraga Jean, pone en riesgo esa concesión federal que le permite operar y que sea la empresa noticiosa más importante del país con varios cientos de periodistas y comunicadores que tienen la mala fama de ser intocables por la popularidad de ser famosos.
El pleito es abierto con las dos televisoras. En el caso de la Azteca por el multimillonario adeudo de impuestos que ha evadido con el apoyo de un ministro de la Suprema Corte de Justicia su dueño Ricardo Salinas Pliego que tiene un patrimonio de más de 7 mil millones de dólares.
El interés de México no radica en que si hubo un acuerdo con los hijos de “El Chapo” Guzmán para la entrega del líder del cartel de Sinaloa, mejor conocido como “El Mayo Zambada”, el interés principal es que se den a conocer los acuerdos que tenía ese líder norteño de los capos con políticos mexicanos que recibían a cambio de protegerlo fuertes sumas millonarias.
Hay especial interés por parte de la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, se sabe que figuran nombres de funcionarios de los gobiernos de Fidel Herrera, Javier Duarte y Cuitláhuac García que eran los intermediarios para que operará tranquilamente en el estado de Veracruz , desplazando a los Zetas y al poderoso Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Para al gobierno mexicano le importa conocer hasta que nivel llegaron a convencer a los altos políticos de los gobiernos federales que recibían elevados recursos y que les permitían participar en las campañas electorales de los candidatos estatales, municipales y puestos legislativos.