Los discursos de odio tienen que sancionarse para frenarse antes de llegar a crímenes, en eso tiene que avanzarse a nivel legislativo federal, exigió la comunidad de la diversidad sexual desde la capital del estado de Veracruz.
Al lamentar el asesinado del magistrade Jesús Ociel Baena Saucedo en Aguascalientes, la comunidad sexodiversa de Veracruz externó su preocupación, pues lo ocurrido al funcionario evidencia lo que pasa a muchas personas, a quienes se les ataca por su preferencia sexual.
"Realmente nos pone a pensar a los colectives del estado de Veracruz cómo está el tema de la inseguridad; y lo hemos comentado, que si el magistrade que era una persona empoderada, de alguna manera protegida qué nos podemos esperar el resto de la población diversa de aquí del estado de Veracruz".
En entrevista, Teófilo Cancela del Colectivo Egalité et Justice y de la Coalición Estatal LGBT del estado de Veracruz, y Benjamín Callejas Hernández, presidente de la Coalición Estatal LGBTTTIQ+, recordaron que México ocupa el segundo lugar en Latinoamérica en crímenes por homofobia, y el estado de Veracruz ocupa el primer lugar.
De ahí que es necesario impulsar las sanciones a los discursos de odio, de homofobia; "se han presentado iniciativas tanto en la Cámara baja como en la Cámara alta desde el 2003 y no hemos recibido respuesta".
Refirieron que a pesar de que hay personas trans y de poblaciones diversas ocupando una curul federal han estado insistiendo, han sido cuatro voces entre más de 490 diputados, lo que hace visible la falta de sensibilidad de legisladores al respecto.
Al respecto, en el estado de Veracruz, si bien ha habido avances legislativos en el Código Penal, "no se han armonizado con los procedimientos en la Fiscalía, entonces no se toma como motivo de odio la orientación sexual".
Tienen entonces que armonizarse las leyes y debe haber castigos ejemplares para evitar más crímenes de odio contra la comunidad sexodiversa, acentuaron.
De ahí que es esencial que personas con verdadero conocimiento e intención de impulsar los derechos de la comunidad sexodiversa tengan voz desde los diferentes poderes y, en el caso de lo legislativo, sea clara la ley en sanciones hacia los discursos de odio.
De la mano, más personas de la comunidad sexual tendrían que tomar las curules, así como otras personas que, aunque no sean de la comunidad, sean claros defensores de los derechos humanos.
Para que legislen no sólo con sensibilidad y convicción, sino en cumplimiento a garantizar el ejercicio de los derechos humanos para "que la problemática se resuelva de fondo".