La Diócesis de Orizaba se pronuncia por vivir este primero y 2 de noviembre en comunión con Dios, en el que se celebra a todos Los Santos y Los Fieles Difuntos.
"Con la alegría, es decir la fiesta de todos los santos nos anima a unirnos con las personas que vivieron su bautismo que vivieron la fe con sus resbalones y levantadas pero siempre con la misericordia de Dios que nos envuelve en la santidad y la gracia".
Subrayó que la celebración de los Fieles Difuntos es una conmemoración formidable muy antigua que junto con la nostalgia, junto con la ausencia la gratitud y todo lo que puede pasar cuando convivimos con una persona la muerte marca el límite y nos hace ver la vida desde otro ángulo.
"Qué hacemos con la conmemoración de los difuntos, orar por nuestros hermanos difuntos, pidiéndole al Señor misericordia, el perdón de sus pecados y que les conceda participar también del gozo del cielo".
Cervantes Merino enfatizó que todo esto aquí en México estructurado con la cultura propia nuestra que viene desde nuestros pueblos ancestrales que unimos entre otras tradiciones y otras luces esas manifestaciones a través de un signo de vida y de esperanza y desde luego en el sincretismo que se realiza cultural y religioso.