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Este domingo 1 de junio, además de la elección local en Veracruz y Durango, también se celebrará la elección de jueces y magistrados del Poder Judicial.
Sin embargo, esta parte ha pasado casi desapercibida para la mayoría de la población, y lejos de generar interés ha sido calificada como "la muñeca fea" del proceso electoral, debido al escaso entusiasmo por participar.
El doctor en Derecho Carlos Gabriel Sánchez Ortiz, titular del despacho jurídico GS Abogados, advirtió que esta elección será una de las más complejas y una de las más ignoradas por la ciudadanía.
"Primero, porque a la gente lo que le interesa es lo municipal, todos quieren elegir al presidente municipal, a quien ven y les resuelve de forma directa, pero un juez o magistrado los ven lejanos, ajenos a su vida diaria", afirmó.
La elección judicial implica votar por un número inédito de funcionarios: nueve ministros de la Suprema Corte, cinco magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial y dos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral federal.
Así como tres magistrados de la Sala Regional del mismo Tribunal, 16 magistrados de circuito y 17 jueces de distrito, a lo que se suman jueces locales en Veracruz.
Frente a este panorama, el Instituto Nacional Electoral (INE) estima que llenar la boleta judicial tomará a cada ciudadano entre 15 y 20 minutos, lo que podría generar colas largas o desalentar aún más la participación.
"Es una elección muy pesada para el votante promedio; lo que se proyecta es una baja afluencia", explicó Sánchez Ortiz.
"El INE calcula que solo el 15 por ciento del padrón acudirá a emitir su voto para esta elección judicial, pero lo preocupante es que, para que sea válida, se necesita al menos el 25 por ciento de participación".
A pesar de este pronóstico, el abogado considera que el Estado saldrá a proclamar el éxito del proceso: "Dirán que fue una elección ejemplar, que se cumplieron las expectativas, y anunciarán los resultados como si todo estuviera en orden.
"Pero la realidad será otra: una ciudadanía que no votó, que no entiende para qué son estos cargos, ni por qué importan", advirtió.
Otro de los puntos críticos, señaló, es que por primera vez en décadas los ciudadanos no contarán los votos.
A diferencia de los comicios tradicionales, en donde el conteo ocurre en tiempo real en las casillas y ante observadores, en esta elección las urnas serán trasladadas al INE, donde el cómputo se realizará de forma cerrada y los resultados se darán a conocer semanas después.
"Es un retroceso democrático; desde 1988 los ciudadanos contamos los votos, hoy se decide centralizarlo todo, sin transparencia inmediata. Cuando finalmente anuncien los resultados, será difícil verificar su legitimidad", puntualizó.
La falta de información sobre los perfiles, las funciones que desempeñan los jueces y magistrados, y el diseño mismo del proceso hacen que a la elección judicial se perciba como un trámite lejano, burocrático y sin impacto directo en la vida cotidiana de la gente.
"Muchos ni siquiera pueden pronunciar correctamente los nombres de los órganos a elegir, mucho menos conocen su función", lamentó.
En contraste, la elección municipal genera entusiasmo, campañas visibles y una conexión directa con los votantes: "Los ciudadanos quieren elegir a quien les pavimenta la calle, les pone alumbrado o les ayuda con una gestión, pero a un magistrado o un juez no lo conocen, no lo ven y, por tanto, no les interesa", concluyó.