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Decenas de familias se reunieron al interior del cementerio Sagrado Corazón de Jesús, donde se celebró una emotiva misa en memoria de las madres difuntas, un acto que reafirmó el vínculo inquebrantable entre el recuerdo y la fe.
La ceremonia litúrgica inició en punto de las 8 de la mañana, presidida por el cura Juan Mora Selvera, quien ofreció un mensaje de esperanza a los presentes, destacando el valor de la maternidad:
Con flores, oraciones y lágrimas, los asistentes llenaron el camposanto de vida y gratitud, muchas personas acudieron desde temprano para adornar las tumbas de sus madres, mientras otros guardaban silencio profundo ante el recuerdo de quienes les dieron la vida.
La misa no solo fue un momento de recogimiento, sino también un llamado a valorar a las madres en vida y a fortalecer los lazos familiares en tiempos donde la memoria se convierte en consuelo.
Al concluir, se escucharon cantos marianos y se bendijeron las sepulturas, en un gesto que selló con dignidad y espiritualidad esta tradición que año con año une a la comunidad misanteca.