A partir de octubre, la Diócesis de Orizaba reactivará de manera gradual la realización de sacramentos manteniendo las medidas preventivas, por lo que en la segunda quincena de ese mes se llevarán a cabo bautismos, para la segunda quincena de noviembre matrimonios, y para diciembre celebraciones de comunión, confirmación, acciones de gracia y fiestas patronales.
“De acuerdo al semáforo, a partir de esta segunda quincena del mes se septiembre se permitirá la celebración de la Eucaristía con una participación de fieles en un 25 por ciento de acuerdo con la capacidad de cada templo y teniendo en cuenta lo siguiente: siguen dispensados de asistir quienes necesitan cuidar su salud por enfermedad crónica, por pertenecer a un grupo vulnerable o por ser adultos mayores. Pueden seguir participando por medio de las plataformas digitales”, señaló el obispo Eduardo Cervantes Merino a través de una circular.
Mencionó que en cada templo habrá un grupo de laicos que estarán apoyando en que se cumplan las medidas sanitarias para que todas las personas al ingresar lleven cubrebocas, se apliquen gel antibacterial y se limpien el calzado, además de que se les tomará la temperatura.
En la celebración, abundó, no habrá coro ni acólitos y se respetará la sana distancia, para la comunión se proporcionará gel antibacterial y se seguirá recibiendo en la mano y para la salida se les pide no socializar y retirarse a sus hogares.
Para impartir los sacramentos, indicó, se contará con un reducido número de participantes y se seguirán también todos los protocolos de seguridad sanitaria y se harán de manera gradual comenzando con los bautismo en la segunda quincena de octubre; los matrimonios a partir de la segunda quincena de noviembre y las primeras comuniones, confirmaciones, acciones de gracias y fiestas patronales a partir de diciembre
“La realización de estas celebraciones, así como el porcentaje de participantes, estará sujeta a que el semáforo sanitario nos lo permita. Esto es muy importante tenerlo en cuenta: si nos mantenemos con la debida disciplina de no bajar la guardia en las medidas de prevención, podremos seguir emigrando hacia la normalidad. En caso de que la situación de la pandemia rebrote, nos veremos en la necesidad de volver a restringir la atención pastoral”, advirtió monseñor Cervantes Merino en la circular.