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El exgobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, fallecido el pasado 2 de mayo, no solo fue una figura clave en la política mexicana de los años 2000, sino que también tuvo un inesperado vínculo con el mundo del cine internacional gracias a su amistad con el actor y director Mel Gibson.
Todo comenzó en 2005, cuando Gibson eligió locaciones en Veracruz para filmar su película Apocalypto. El entonces gobernador Herrera ofreció facilidades logísticas y apoyo institucional, lo que marcó el inicio de una relación cordial entre ambos. La producción se llevó a cabo principalmente en la región de Los Tuxtlas, impulsando la economía local y generando empleos.
Cinco años después, en marzo de 2010, Fidel Herrera dio un paso más allá al acudir a una gala en Los Ángeles durante la semana de los Premios Óscar, donde convivió con diversas estrellas de cine. Según medios de la época, el político veracruzano fue invitado por el propio Gibson y aprovechó la ocasión para reforzar la colaboración cultural entre el estado y la industria cinematográfica.
En esos mismos días, el gobierno de Veracruz desalojó parcialmente el Penal de Allende, una antigua prisión ubicada en el puerto, para permitir el rodaje de la película Get the Gringo (titulada originalmente How I Spent My Summer Vacation).
Gibson filmó en el lugar varias semanas con el respaldo del estado, que promocionó el evento como una oportunidad de proyección internacional para Veracruz.
Además del impulso al cine, en 2005, Gibson donó un millón de dólares para apoyar a comunidades afectadas por el huracán Stan que impactó el sureste del país, incluyendo los estados de Veracruz y Chiapas, gesto que Herrera reconoció públicamente.
El huracán Stan fue uno de los fenómenos meteorológicos más devastadores de 2005 en México, causando inundaciones, deslaves y daños significativos en infraestructura y viviendas, por lo que la intervención de Gibson fue ampliamente reconocida y agradecida por las autoridades mexicanas, incluyendo al entonces presidente Vicente Fox.
Aunque breve, el cruce de caminos entre Fidel Herrera y Mel Gibson dejó una historia que pocos políticos mexicanos pueden contar: haber pasado de las giras por municipios veracruzanos a las galas de Hollywood.