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La noche del 16 de mayo, el municipio de Misantla se llenó de música, alegría y reconocimiento, en una velada especialmente dedicada a más de dos mil trabajadoras y trabajadores de la educación que día a día construyen el futuro desde las aulas, en el marco del Día del Maestro, el Ayuntamiento Municipal organizó un evento sin precedentes, donde se celebró la vocación, la entrega y la humanidad de quienes forjan con palabras, paciencia y ejemplo a las nuevas generaciones.
La celebración fue un reflejo de gratitud colectiva, el recinto ferial preparado para la ocasión fue testigo del encuentro de docentes de distintas comunidades, niveles educativos y trayectorias, unidos por un mismo compromiso: educar, acompañados de sus familias, los maestros fueron recibidos en un ambiente cálido y festivo, pensado para hacerles sentir valorados y reconocidos como pilares fundamentales de la sociedad misanteca.
La noche comenzó con una cena especialmente preparada para las y los asistentes, quienes disfrutaron de platillos típicos de la región en un ambiente de compañerismo y cercanía, las mesas se llenaron de sonrisas, anécdotas y miradas de complicidad entre colegas que, más allá del aula, comparten historias de esfuerzo, logros silenciosos y desafíos constantes.
En el acto, se dirigieron palabras de felicitación a las y los maestros que laboran en el municipio, reconociendo su labor como formadores no solo de conocimientos, sino también de valores, se hizo énfasis en su papel esencial en esta nueva etapa nacional, donde el humanismo es un eje prioritario en la formación de ciudadanos: "Es momento de ponderar el trabajo docente como un acto profundamente humano, ellas y ellos son los guardianes de la esperanza en cada comunidad, en cada niño y niña que aprende a leer, a pensar, a soñar", se escuchó durante el discurso oficial.
La noche no solo fue de palabras y reconocimientos, sino también de alegría desbordada, un comediante invitado ofreció una presentación que hizo estallar las risas de todos los presentes, recordándoles que también hay espacio para el gozo y la distensión en medio de una vida laboral marcada por la responsabilidad, posteriormente, grupos musicales locales hicieron vibrar el escenario, despertando el entusiasmo colectivo con ritmos variados que invitaron a cantar y a bailar.
El cierre de la velada fue con broche de oro: la presentación de Alfredo "El Pucho", El Hijo del Pulpo, quien deleitó al público con su carisma, talento y conexión con la audiencia, su presencia fue el colofón perfecto para una jornada pensada y ejecutada con cariño y respeto hacia quienes dedican su vida a la enseñanza.
Así, bajo las luces, entre melodías y palabras de reconocimiento, Misantla reafirmó su compromiso con la educación y con quienes la hacen posible, porque enseñar no es solo un trabajo; es sembrar futuro, y esta noche, más de dos mil sembradores fueron celebrados como lo merecen: con alegría, respeto y profundo agradecimiento.