La inseguridad, la represión de los gobiernos y la pobreza son el común denominador que hermana a migrantes de ocho países que siguen la búsqueda del ‘sueño americano’ desde hace 57 días, cuando partieron de Tapachula, Chiapas.
A pesar del cansancio, la esperanza los mueve para alcanzar una vida mejor teniendo como meta llegar a la frontera de Piedras Negras en el estado de Coahuila.
Huyendo de pandillas, de diferentes bandas delincuenciales y hasta del gobierno, desde el 30 de octubre en la frontera de México con Guatemala iniciaron esta caravana, en que las inclemencias del tiempo ya han hecho estragos en su salud.
El coordinador de la Caravana Migrante, Paulo Ballesteros Flores, a nombre de sus compañeros de Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Cuba y Venezuela, pidió al Gobierno de México mayor sensibilidad y humanidad para el trato que les brindan.
Afirman que es inhumano que el Instituto Nacional de Migración no les permita abordar un autobús pagado por ellos mismos.
"Hemos venido pidiendo en todos los estados que hemos pasado un documento para poder abordar un autobús o algún medio de transporte, que nos autorice Migración para llegar a la frontera norte y lo cual no han querido.
“Lo único que ellos quieren es ver gastar físicamente a niños y mujeres y es absurdo que nos digan ‘tienen libre tránsito’ pero nos hagan caminar 57 días consecutivos; ilógico ver sufrir a niños y mujeres y no poder hacer nada". Similares son los testimonios de migrantes que persiguen sus sueños.
José Melvin Martínez, su esposa y su hija se juegan la vida caminado en la búsqueda de una vida con comodidad, en donde el hambre no sea una opción; "poder ayudar a mi familia, tengo una familia bien pobre y le pido a Dios llegar para poder ayudar a mi madre que la tengo enferma".
Amilcar Alemán, por su parte, dijo que es imposible conseguir empleo en su país porque solamente trabajan uno o dos días y el dinero no alcanza, dado que la Presidenta de Honduras decidió que los campesinos tomaran las 58 empresas, dando como resultado un despido del 80 por ciento del personal.
"En Honduras está difícil la situación, el empleo no se consigue, huyeron muchos grupos campesinos por allá de donde venimos porque tomaron las tierras, las empresas, y luego despidieron al 80 por ciento del personal.
“Esperamos un tiempo para ver si se recuperaban las tierras pero luego pasaron seis meses, un año y más de un año y medio y los campesinos aún seguían en las empresas, entonces ya no podíamos".
Después de un diálogo con las autoridades municipales de Ixtaczoquitlán, a los migrantes se les autorizó quedarse en el parque Emiliano Zapata del Ejido Cuautlapan, junto al Ingenio El Carmen para descansar y pasar la noche.
La caravana migrante retomará el jueves su caminata hasta llegar a Orizaba u otro municipio de la región donde les permita dormir en un espacio techado, de ser posible, para resguardarse del frío.
Esta caravana está conformada por 128 niños, 220 mujeres y 185 hombres, quienes en hombros llevan a sus hijos sin importar el cansancio y para no quedarse atrás.