Un boteo desesperado: sin apoyo de autoridades en Veracruz, familias de víctimas de accidente en Tamaulipas

Abandonados a su suerte por los tres niveles de gobierno y bajo la amenaza de que, en caso de no cubrir lo necesario, los cadáveres podrían ser traídos hasta dentro de dos o tres meses; los familiares y amistades del matrimonio sayuleño que murió calcinado junto a otras 25 personas en un accidente ocurrido en Tamaulipas; salieron a pedir cooperación económica de la sociedad sayuleña, mediante un boteo.

Pidiendo un peso o lo que deseen dar, dos brigadas de familiares salieron en busca de recursos que sirvan para recuperar los restos de los cadáveres de Artemio Luciano Zetina y su esposa, Maribel Miguel Basilio, recorren calles de colonias y barrios de Sayula de Alemán, perifoneando la petición para reunir 150 mil pesos, que es el costo del traslado de los cuerpos ya con el proceso de incineración y reconocimiento mediante pruebas de ADN.

SIN APOYO DE AUTORIDADES

Los familiares afirman que ninguna autoridad de los tres niveles de gobierno se ha acercado a ellos para darles el apoyo jurídico y económico, y la empresa que se dijo, es la dueña de la camioneta donde viajaban los fallecidos, sólo ha anunciado los apoyos, pero sin darlos hasta el momento.

Las empresas funerarias de esa entidad les han solicitado 150 mil pesos a cambio de traer los restos a Sayula de Alemán. Pagando, en menos de una semana podrían estar los cuerpos en esta villa, de lo contrario, tardarán de dos a tres meses.

FAMILIARES ESTÁN EN TAMAULIPAS

Hijos y hermanos de la pareja fallecida se encuentran en Tamaulipas, estado donde fallecieron el domingo pasado en un accidente carretero, para realizar los trámites de reconocimiento mediante muestras de ADN y revisión de prendas de vestir.

Artemio Luciano Zetina y su esposa, Maribel Miguel Basilio, habían salido el sábado 13 de mayo de Acayucan con destino a Monterrey, Nuevo León, para someterse el primero de ellos, a una cirugía quirúrgica en una clínica del IMSS de esa ciudad. Allá vive su hijo Daniel, quien fue el que los inscribió al Seguro social.

Ellos tenían su domicilio en la esquina de las calles de Zapotal y Gutiérrez Zamora, en el barrio Canapa de Sayula de Alemán.