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La sequía prolongada y las altas temperaturas que azotan a la región de Misantla desde 2019 han obligado a los productores ganaderos a implementar estrategias de sobrevivencia cada vez más frecuentes, así lo expresó el presidente de la Asociación Ganadera Local General "Renacimiento", Rufino Grajales y Dorantes, quien reconoció que el estiaje se ha convertido en un reto constante para el sector.
"Ya se nos está haciendo costumbre, desde hace varios años el calor ha sido muy fuerte, y eso nos obliga a cuidar el ganado de una manera distinta, a veces tenemos que llevar agua en rotoplas para evitar la pérdida de animales", señaló el dirigente.
Explicó que el incremento en las temperaturas y la escasez de lluvias afectan directamente no solo al hato ganadero, sino también a toda la cadena productiva: "Todo se encarece, mantener un animal cuesta más: hay que comprar forraje, acarrear agua y estar muy al pendiente, tanto en invierno como en verano. Incluso hay ocasiones en que los pozos y arroyos se secan, y tenemos que buscar agua a como dé lugar", subrayó Grajales y Dorantes.
Pese a estas dificultades, el precio del ganado se ha mantenido relativamente alto debido a la creciente demanda, lo cual ha representado un pequeño alivio, sin embargo, este aumento también repercute en el consumidor final: "La carne se ha encarecido en las carnicerías, y todo se refleja en el bolsillo de la gente", lamentó.
Grajales y Dorantes agradeció el interés por visibilizar la problemática ganadera en la región, destacando que el esfuerzo diario del productor del campo es clave para sostener la actividad y garantizar el abasto alimentario local.