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En un ambiente de reflexión y devoción, Misantla vivió la Procesión del Silencio, un evento cargado de fe que recorrió las principales calles de la ciudad, encabezada por el párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Joaquín Sánchez García.
La procesión, que inició al caer la tarde del viernes, estuvo marcada por la presencia de las efigies que representan los momentos más significativos de la Pasión de Cristo.
Encabezando la procesión marchó el Santo Sepulcro, seguida de la Virgen Dolorosa, vestida de negro, con el rostro bañado en lágrimas.
También formaron parte del cortejo San Juan Evangelista, completando una escena cargada de simbolismo y devoción y cuyas figuras llenaron de recogimiento a los miles de fieles que acompañaron el recorrido.
Los participantes, con velas encendidas en las manos, avanzaron en un ambiente cargado de respeto y emoción mientras las imágenes avanzaban con paso lento; los devotos, en su mayoría, vestían de negro mientras que la ciudad se vestía de quietud y recogimiento.
La figura de la Virgen María, representando el dolor materno por la crucifixión de su hijo, conmovió a los asistentes, quienes no pudieron evitar recordar la dimensión de la Pasión.
La Procesión del Silencio de Misantla es un evento que no solo preserva una tradición religiosa, sino que también fortalece los lazos comunitarios, haciendo de cada paso un acto de unión en la fe.