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Con la evolución de la tecnología, también surgen nuevos tipos de tendencia que involucran prácticas inimaginables en otros tiempos. Nos referimos, por supuesto, a la generación de imágenes con inteligencia artificial, usando herramientas como ChatGPT.
Las redes son testigo de estas creaciones que muchas veces se vuelven virales: desde retratos personalizados a la más reciente tendencia de recrear fotos estilo anime. Sin embargo, muchos de los que deciden probar esta función caen en errores comunes que arruinan por completo la experiencia.
No nos referimos a los riesgos de esta práctica, relacionados a los datos y la privacidad, de los cuales podemos hablar en otra oportunidad; sino a formas erróneas de dar instrucciones a la aplicación, que harán que los resultados no sean lo que esperas. Afortunadamente, son muy fáciles de evitar.
Usar frases vagas como "haz algo lindo" no servirán de nada. Mejor sé específico con lo que te imaginas, ya sea un entorno futurista o algún animal mitológico, la IA funciona mejor con detalles.
Si no indicas el estilo, el modelo suele generar algo fotorrealista por defecto. Si prefieres un look de cómic, arte digital, o mismamente algo tipo Studio Ghibli, dilo desde el principio.
La primera imagen rara vez es perfecta. Pide ajustes: cambia colores, expresiones, fondos o lo que se te ocurra. Probar distintas variantes es parte clave del proceso creativo, el estar usando una IA no lo da por sentado.
Una descripción corta limita el resultado. Cuantos más detalles aportes —iluminación, emociones, vestimenta, fondo—, más precisa y satisfactoria será la imagen.
Si puedes, incluye imágenes de ejemplo. Ayudan a captar el estilo, la composición o el ambiente que estás buscando y reducen errores.
Evitar estos fallos puede hacer la diferencia entre una imagen genérica y una obra que se acerque a lo que realmente imaginabas. Puede que la IA haga el trabajo hoy en día, pero la clave sigue estando en cómo se lo pides.