Así fue como científicos lograron "revivir" al lobo gigante de "Game of Thrones"

En un paso revolucionario hacia la desextinción, la empresa biotecnológica Colossal Biosciences anunció el nacimiento de los primeros animales con rasgos del mítico lobo gigante, especie que sirvió de inspiración para los lobos huargos en la serie Game of Thrones.

ADN antiguo y ciencia de vanguardia

Todo comenzó en 2021, cuando un equipo de científicos logró recuperar ADN de lobos gigantes que desaparecieron hace 13 mil años. A partir de ese material genético, Colossal editó 20 genes del lobo gris moderno para replicar las características clave del lobo extinto: mayor tamaño, pelaje espeso y claro, y una complexión más robusta.

Los embriones modificados fueron implantados en perras sustitutas, marcando un antes y un después en la historia de la genética.

Estás viendo a Rómulo y Remo, dos ejemplares de Lobo Terrible (Aenocyon dirus), una especie que vivió en América y que se extinguió hace aproximadamente 10,000 años. pic.twitter.com/AUKqP0YSeu

— OK News (@Oknewsoficial) April 7, 2025

Rómulo, Remo y Khaleesi: los nuevos "lobos legendarios"

El resultado de este experimento: tres lobos sanos y fuertes nacidos en una reserva privada al norte de Estados Unidos.

Bautizados como Rómulo, Remo y Khaleesi, estos animales representan una nueva generación que combina pasado prehistórico con futuro tecnológico. Según Beth Shapiro, directora científica del proyecto,

"no estamos resucitando especies tal cual, pero sí estamos creando copias funcionales de lo que una vez caminó sobre la Tierra".

Mucho más que nostalgia: una herramienta para la conservación

Este avance no se queda en lo espectacular. Colossal también ha aplicado esta técnica para apoyar especies en peligro como el lobo rojo. En 2025, la empresa logró clonar híbridos de lobo rojo y coyote, reforzando la diversidad genética de esta especie amenazada en Carolina del Norte.

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La desextinción avanza, pero no sin desafíos

Mientras Colossal trabaja en proyectos aún más ambiciosos como el mamut lanudo y el dodo, el caso del lobo gigante demuestra que, cuando la cercanía genética es favorable, la biotecnología puede cruzar los límites de la extinción.

Aunque no son clones perfectos, estos animales representan una nueva forma de entender el equilibrio entre la naturaleza, la ciencia y la memoria del pasado.