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La muerte del Papa Francisco dejó un vacío no solo en los miles de fieles sino también en el Vaticano, por lo que tras su sepultura y los nueve días de luto que corresponden, todos los ojos van a estar puestos en la Capilla Sixtina, que comenzará un cónclave donde los cardenales eligen a un nuevo Papa.
Tras doce años de pontificado del primer papa latinoamericano que estuvieron marcados por las reformas y un estilo sencillo, lo que le valió la dura oposición de los sectores más conservadores de la Iglesia, ahora la nueva elección será complicada.
De acuerdo con un consejero cercano al Papa Francisco, el cónclave actual debería comenzar "probablemente" el 5 o el 6 de mayo, cuando termine el período de nueve días de duelo en el Vaticano, conocido como Novendiales.
Este viernes, los cardenales -electores y no electores (aquellos de más de 80 años)- se congregaron en el Vaticano para una cuarta reunión informal desde el deceso del pontífice argentino el 21 de abril. Estas reuniones de los llamados príncipes de la Iglesia, que continuarán en los próximos días, les permiten confrontar puntos de vista sobre las prioridades del próximo pontificado.
Cabe mencionar que alrededor del 80% de los 135 cardenales electores los creó Francisco, quien dio prioridad a los países del Sur global y de regiones aisladas. Estos cardenales comienzan a crear el perfil del futuro papa: un "unificador".
Un cónclave tiene un número de días máximo de duración, estas medidas son para evitar que el proceso se alargue indefinidamente. Por lo que tras 33 o 34 votaciones sin éxito, normalmente alcanzadas en unos 13 días, los cardenales pueden optar por elegir al papa con mayoría simple, en lugar de los dos tercios habituales.
En este sentido, el cónclave más largo de la historia, se dio tras la muerte del Papa Clemente IV cuando tuvo lugar una de las elecciones papales más tensas de la Iglesia católica. Y tuvo una duración de casi tres años, de 1268 a 1271 en Viterbo.
Durante el proceso, las autoridades civiles comenzaron a encerrar literalmente a los cardenales, racionarles la comida e incluso destapar el techo del edificio para presionarlos a llegar a un acuerdo, además la muerte de tres cardenales también marcó a este cónclave.