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Cada año, el Día de las Madres representa una fecha especial para reconocer y agradecer el cariño, la entrega y el esfuerzo diario de millones de mujeres. Sin embargo, en muchos hogares aún persiste una costumbre que puede resultar problemática: regalar planchas, licuadoras, ollas exprés o cualquier otro aparato relacionado con las tareas domésticas.
Aunque estos objetos puedan parecer útiles, lo cierto es que el mensaje detrás de este tipo de regalos puede ser cuestionable. Regalar un electrodoméstico no solo remite al trabajo del hogar, sino que puede reforzar la idea de que ese es el rol principal —o incluso exclusivo— de las madres dentro de la familia.
Más allá de la intención, muchas veces estos regalos no son para el disfrute de mamá, sino para facilitarle actividades que forman parte de sus responsabilidades diarias. Es como si, en lugar de decir “gracias por todo”, el mensaje fuera: “aquí tienes algo para que sigas haciéndolo”.
En los últimos años, diversas voces han puesto sobre la mesa la necesidad de redistribuir las tareas de cuidado dentro del hogar y de cuestionar estereotipos que asocian automáticamente a las mujeres con labores domésticas. El Día de las Madres, en este sentido, no debería ser la excepción.
Ahora bien, también hay que decirlo: si mamá pidió esa licuadora de 16 velocidades o lleva semanas hablando maravillas de una olla programable, entonces adelante. No se trata de satanizar los electrodomésticos, sino de reconocer cuándo son un deseo personal y cuándo son una manera disfrazada de seguir delegando responsabilidades.
En todo caso, la clave está en preguntar, escuchar y pensar en regalos que realmente celebren a la persona, no solo a la figura maternal en función del hogar. Un libro, una experiencia, un día libre o algo que ella haya querido para sí misma pueden ser formas más significativas de decir: te veo, te valoro y quiero que disfrutes.
Regalar es también un acto simbólico. En fechas como el 10 de mayo, ese gesto puede ser una oportunidad para romper moldes, dejar de lado lo automático y pensar en lo que realmente hace feliz a la mujer detrás de la madre.