En la Dark Web surgió una amenaza tecnológica: FraudGPT, el hermano oscuro de ChatGPT.
FraudGPT se presenta como una herramienta versátil para la creación de código malicioso, malware indetectable, páginas de phishing, herramientas de hackeo y correos de estafas.
Este gemelo malévolo, junto con su compañero WormGPT, está transformando el panorama de la ciberdelincuencia, permitiendo a los criminales cibernéticos realizar actividades maliciosas de manera más sofisticada.
FraudGPT, un punto de inflexión en los ciberataques, se presenta como una herramienta de inteligencia artificial generativa, por suscripción, diseñada para crear correos de phishing altamente convincentes y páginas web falsas.
Descubierto por Netenrich en julio de 2023, se ha convertido en un activo codiciado en canales de Telegram y la DarkWeb.
WormGPT, otro componente de esta nueva ola de amenazas, se basa en el modelo abierto GPT-J de EleutherAI, con parámetros equivalentes a GPT-3.
Facilita la creación sencilla de correos de phishing. La versión más antigua de WormGPT tiene un precio más asequible, comenzando desde unos 60 euros al mes y alcanzando los 550 euros al año.
Por otro lado, WormGPT v2, una versión más actualizada y personalizable, se ofrece por 5.000 euros.
Estos gemelos oscuros no operan gratuitamente. Los cibercriminales pagan alrededor de 200 dólares al mes por el acceso a FraudGPT y unos 1.700 dólares al año.
Por otro lado, WormGPT, más económico, satisface las necesidades de los ciberdelincuentes por unos 60 euros al mes o 550 euros al año.
Los investigadores de Trustwave compararon esta herramienta con ChatGPT y descubrieron notables diferencias.
Aunque ChatGPT puede generar código y correos de phishing, lo hace con advertencias y un nivel de convicción menor.
La llegada de FraudGPT y WormGPT marca un cambio significativo en la forma en que los ciberdelincuentes abordan los ataques cibernéticos. Con la capacidad de generar mensajes de phishing más convincentes y sofisticados, la ciberseguridad enfrenta un desafío inminente.
La inteligencia artificial abre un nuevo campo de posibilidades para los criminales cibernéticos.