Descubrir si el agua que llega a nuestro hogar está contaminada es fundamental para preservar nuestra salud y la de nuestra familia.
La calidad del agua es cada vez más cuestionable. Conoce algunos consejos simples, pero efectivos para identificar posibles contaminantes.
- A través de simples observaciones visuales, olfativas y gustativas, podemos asegurarnos de que el agua que bebemos sea segura y esté libre de cualquier riesgo para nuestra salud.
Aquí te presentamos algunos consejos para detectar posibles problemas:
- Color: el agua potable debe ser transparente e incolora. Cualquier tonalidad amarillenta, marrón o verdosa podría indicar contaminación y debe ser motivo de precaución.
- Turbidez: la claridad del agua es un indicador clave. Si notas turbidez o la presencia de partículas en el agua, es preferible no consumirla directamente del grifo, ya que podría contener impurezas.
- Olor: el agua apta para el consumo humano no debe tener ningún olor desagradable. La detección de un olor fuerte a cloro, a químicos, a tierra o a materia orgánica en descomposición es señal de posible contaminación y debe ser investigada.
- Sabor: el agua potable debe tener un sabor neutro y fresco. Si percibes un sabor metálico, amargo, salado o un exceso de cloro, es probable que esté contaminada y se recomienda no consumirla.
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Estos simples pasos pueden ayudarte a identificar posibles problemas en el suministro de agua y tomar las medidas necesarias para garantizar la seguridad de tu familia.