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En el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, entre arte, historia y cultura, surgió un nuevo fenómeno viral.
No se trata de una exposición o un performance urbano, sino de dos adolescentes que, cámara en mano y elote en bolsa, decidieron alimentar a las ratas de los jardines que rodean el Palacio de Bellas Artes.
"Nos sentimos como líderes de la manada", comentaron en su video de TikTok que ya supera las 50 mil reacciones.
@valeaylin_ Ojalá Bonnie pudiera ver este video
? sonido original - valeaylin
Las jóvenes desgranaron un elote en la Alameda Central y comenzaron a lanzar los granos hacia los arbustos.
Poco a poco, varios roedores salieron para recibir la ofrenda urbana. Una de las ratas incluso saltó hacia la pierna de una de ellas, provocando gritos, risas y más likes. Le pusieron por nombre Bonifacia, y definieron la escena como un "plan aesthetic en CDMX".
La respuesta en redes no tardó en polarizarse. Algunos vieron la acción como una forma creativa (y algo excéntrica) de pasar la tarde. Otros, con más razón, la señalaron como un acto peligroso, insalubre y perjudicial para el entorno urbano.
Comentarios como "Busca leptospirosis" o "¿Y los perritos de la calle qué?" evidenciaron la indignación colectiva ante lo que muchos consideran un acto irresponsable.
@losespantasuegras ratas en bellas artes #cdmx #cdmx #bellasartes ? sonido original - Los Espanta Suegras
Detrás del "contenido viral" hay riesgos reales. Alimentar ratas no solo fomenta su proliferación descontrolada, sino que también puede:
Aunque este tipo de contenido puede parecer inofensivo o curioso, la realidad es que normaliza comportamientos peligrosos. Bellas Artes es símbolo de cultura y arte, no un zoológico urbano improvisado. La responsabilidad ciudadana también implica saber cuándo apagar la cámara y guardar el elote.