Diversos países y organismos internacionales condenaron este lunes la ejecución de cuatro opositores en Birmania, quienes fueron sentenciados a muerte por participar en un golpe de Estado.
Estados Unidos fue uno de ellos. A través de su Embajada en Rangún, rechazó enérgicamente la ejecución de quienes ejercían "sus libertades fundamentales". Japón también se sumó al reclamo y denunció que "estas acciones llevan a un conflicto más duro".
Entre los organismos internacionales que condenaron la pena de muerte en Birmania está la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo titular, Antonio Guterres, calificó esta ejecución como una "flagrante violación del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de las personas".
Por su parte, Human Rights Watch, organización no gubernamental dedicada a la defensa y promoción de los derechos humanos, consideró esto como "un acto de absoluta crueldad" y pidió a la comunidad internacional mostrar a la junta militar de Birmania que habrá una rendición de cuentas por sus crímenes.