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La incertidumbre persiste en la Santa Sede. Este jueves, la tercera votación del cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco concluyó sin acuerdo, lo que se confirmó a las 3:51 a.m. (hora del centro de México) con la aparición del humo negro desde la chimenea de la Capilla Sixtina.
Los 133 cardenales electores reunidos en estricto aislamiento aún no logran consenso, sin que ninguno de los candidatos alcanzara los 89 votos necesarios para ser elegido como el Papa número 267 en la historia de la Iglesia Católica. Esta fue la tercera votación desde el inicio del cónclave el miércoles.
La fumata matutina sorprendió a más de 11000 personas congregadas en la Plaza de San Pedro, muchas de las cuales esperaban ansiosamente ver humo blanco. Incluso la segunda fumata del miércoles fue adelantada, apareciendo a las 11:50 a.m. (hora local), antes del horario habitual, lo que generó especulación y desconcierto entre los fieles.
Los cardenales, tras concluir las dos votaciones matutinas, se retiraron a almorzar a la residencia de Santa Marta, donde permanecen aislados durante todo el proceso. Está previsto que regresen a la Capilla Sixtina a las 16:30 horas (hora local) para realizar otras dos votaciones. Dependiendo del resultado, se espera una nueva fumata entre las 17:00 y 19:00 horas (hora local).
De acuerdo con la constitución apostólica que rige los cónclaves, las papeletas se queman solo después de dos votaciones sin resultados positivos, lo que marca el ritmo de las señales de humo que observa el mundo entero.
Aunque el secreto es estricto, varios nombres destacan como favoritos entre los expertos y fieles:
Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano
Luis Antonio Tagle, cardenal filipino
Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia
Todos ellos representan diferentes corrientes dentro de la Iglesia y podrían marcar rumbos distintos para el futuro del Vaticano.
El cónclave de 2025 representa un desafío particular, ya que el 80% de los cardenales nunca había participado en un cónclave y hay 18 cardenales más que cuando fue elegido Jorge Mario Bergoglio en 2013, lo que podría estar ralentizando el proceso.
La espera continúa, mientras millones de fieles alrededor del mundo mantienen la vista puesta en la chimenea del Vaticano, atentos a la próxima señal que pueda anunciar la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica.