Entre ayer y hoy trascendió la noticia de las detenciones de Ismael Zambada ‘El Mayo, líder y fundador del Cártel de Sinaloa, así como de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera ‘El Chapo’.
Así lo confirmó la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, durante la mañanera del presidente López Obrador, señalando que la detención fue informada por el Gobierno de Estados Unidos, y que el hijo del ‘Chapo’ fue trasladado a Chicago, donde permanece preso su hermano, Ovidio Guzmán.
El Gobierno de México no ha esclarecido si se trató de una captura, o si ambos capos se entregaron voluntariamente, como se presume; de cualquier forma, la noticia ha sacudido a ambas naciones en el ámbito del combate al crimen organizado y al narcotráfico.
La ficha de búsqueda contra el líder de ‘Los Chapitos’ (término con el que se apoda a los hijos del capo actualmente sentenciado a cadena perpetua en el vecino del norte) fue publicada por el Departamento de Estados Unidos en diciembre de 2021, adjudicándole a él y a su hermano Ovidio “funciones de mando y control de alto nivel” del cártel de Sinaloa.
Se les señala a ambos, además, por haber heredado “gran parte de las ganancias del narcotráfico” tras el fallecimiento de Edgar Guzmán, otro de los hijos del capo; se les atribuye haber usado estas ganancias para “generar grandes cantidades de dinero en la compra de marihuana, cocaína y efedrina”.
Desde 2018, Joaquín Guzmán fue acusado por el Gran Jurado Federal de Washington D.C., ofreciendo una recompensa de 5 millones de dólares para quien proporcionara información útil para su captura, imputándole los siguientes cargos:
Además de Ovidio y Joaquín, otros descendientes de Guzmán Loera, conocidos por estar involucrados en actividades delictivas como el tráfico de drogas, y conflictos internos y externos por el control del cártel, son Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.