El presidente francés y candidato a la reelección, Emmanuel Macron, fue el más votado (28.6 por ciento) en la primera vuelta de las elecciones francesas celebradas este domingo, y se disputará la Presidencia el próximo 24 de abril con la candidata ultraderechista, Marine Le Pen (24.4 por ciento), según el sondeo a pie de urna de Ifop-Fiducial.
El tercer candidato más votado fue Jean-Luc Mélencho, de izquierda, quien obtuvo 20.2 por ciento de las papeletas, según este estudio.
Las encuestas a pie de urna de OpinionWay, Ipsos-Steria, Harris Interactive y Elabe también sitúan a Macron y a Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Pero nada será igual que hace cinco años. Le Pen ha suavizado su imagen y ha dejado de asustar a la mayoría de franceses. Según los sondeos, quedará mucho más cerca de Macron que en 2017, cuando el presidente derrotó a su rival con un 66% de votos frente a un 34%. Esta vez, cree tener posibilidades de llegar al palacio del Elíseo.
En tercera posición, por detrás de Macron y Le Pen, queda el líder de la izquierda populista, Jean-Luc Mélenchon, con un 20,2%, según Ifop. El tertuliano ultra Éric Zemmour, que durante unos meses creyó poder disputar a Le Pen el liderazgo de la extrema derecha, saca un 6,8%. Le sigue el ecologista Yannick Jadot, con un 4,6%, empatado con Valérie Pécresse, la candidata de Los Republicanos, el partido histórico de la derecha moderada. Jean Lassalle, candidato ruralista, obtuvo un 3,2%. El comunista Fabien Roussel, un 2,5%.
Y la socialista Anne Hidalgo, un 1,9%, como el pequeño candidato de la derecha dura Nicolas Dupond-Aignan. El catastrófico resultado de Hidalgo y Pécresse –candidatas de los dos partidos que durante décadas vertebraron Francia– sentencia el fin del viejo sistema político francés.