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Un juicio por monopolio es un proceso legal en el que una empresa es acusada de utilizar prácticas anticompetitivas para dominar un mercado y eliminar a sus rivales, impidiendo así la libre competencia.
Estas acciones pueden incluir la compra de competidores emergentes, la fijación de precios de manera injusta o el uso de su posición dominante para bloquear el crecimiento de otras empresas.
La ley antimonopolio, especialmente en Estados Unidos, busca proteger a los consumidores y fomentar un entorno de mercado justo y abierto. Si una compañía es hallada culpable, las consecuencias pueden incluir sanciones económicas, la obligación de vender partes de su negocio o incluso su fragmentación para restablecer la competencia.
Esta demanda fue presentada por la FTC en 2020, argumentando que Meta compró Instagram en 2012 y WhatsApp en 2014 con el objetivo de eliminar amenazas a su dominio en el mercado.
El juicio, que durará ocho semanas, busca demostrar que estas adquisiciones no fueron parte de una estrategia de crecimiento sano, sino una táctica para deshacerse de competidores emergentes.
Perder Instagram sería un golpe demoledor para Meta.
Aunque la empresa no desglosa públicamente los ingresos individuales de cada aplicación, proyecciones de la firma Emarketer estiman que para 2025 Instagram generará más de 37 mil millones de dólares en ingresos publicitarios solo en Estados Unidos, representando más de la mitad del pastel publicitario de Meta en ese país.
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Con 143 millones de usuarios estadounidenses, Instagram no solo es una mina de oro en términos de publicidad, sino que también supera en ingresos por usuario a cualquier otra plataforma, incluyendo la propia Facebook.
Esta plataforma se ha convertido en el músculo comercial de Meta, y su pérdida significaría un rediseño radical del futuro financiero de la empresa.
Si bien WhatsApp no representa aún una fuente significativa de ingresos, es la aplicación con mayor número de usuarios diarios dentro del ecosistema de Meta.
Zuckerberg ha apostado fuerte por convertir esta app en una herramienta clave de mensajería empresarial, integrando funciones como chatbots y catálogos de productos que buscan abrir nuevas vías de monetización. Perderla significaría frenar una línea de crecimiento que apenas comienza a dar frutos.
Durante el juicio, fiscales presentaron correos electrónicos en los que Zuckerberg expresaba su preocupación por el crecimiento de Instagram antes de adquirirla. En uno de esos mensajes, reconocía que Facebook estaba "tan atrasado que ni siquiera entendemos cuánto", y que comprar Instagram ayudaría a mantenerla viva, pero sin permitirle fortalecerse demasiado.
Meta argumenta que lejos de sabotear a sus adquisiciones, las ha potenciado. Zuckerberg insiste en que ambas plataformas prosperaron gracias a las inversiones de su empresa, y que la competencia en redes sociales es feroz, con rivales como TikTok, YouTube, Snapchat y X.
Sin embargo, la FTC considera que estas plataformas no pertenecen a la misma categoría de redes sociales personales dominadas por Meta.
Los expertos señalan que será difícil para la FTC probar que Meta debe deshacerse de sus dos gigantes. Pero si lo logra, no solo se alterará el panorama de las redes sociales, sino que se enviará un mensaje contundente a Silicon Valley: comprar rivales ya no será un camino fácil para mantener el poder.
Mientras tanto, Zuckerberg continúa su testimonio esta semana en Washington. La batalla legal está lejos de terminar, pero el destino de dos de las plataformas más influyentes del mundo pende de un hilo.