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El pasado lunes, Katy Perry se sumó al selecto grupo de personas que ha llegado al límite del espacio. Junto a otras cinco mujeres, la cantante estadounidense fue parte de la Misión NS-31 de Blue Origin, empresa fundada por Jeff Bezos.
Durante unos minutos a bordo de la cápsula New Shepard, la tripulación cruzó la Línea de Kármán y experimentó la gravedad cero antes de regresar a la Tierra. Además de Perry, la cápsula llevó a Aisha Bowe, Amanda Nguyễn, Kerianne Flynn, Lauren Sánchez y Gayle King.
La misión partió alrededor de las 07:30 horas (tiempo del Centro de México) y alcanzó el punto considerado el inicio del espacio exterior casi cinco minutos después del despegue.
Este "límite invisible" se sitúa a 100 kilómetros sobre el nivel del mar y es reconocido por diversos organismos internacionales como la frontera que separa la atmósfera terrestre del espacio exterior. Aunque no se trata de una barrera física, sirve como una referencia convencional.
La escuela de aviación One Air, con sede en Málaga, explica que más allá de esa altura, la atmósfera ya no ofrece suficiente sustentación para el vuelo convencional. Es decir, a partir de ahí, ya no vuelan aviones, sino naves espaciales.
La atmósfera, en realidad, no termina de forma abrupta, ya que se extiende hasta cerca de mil kilómetros, aunque las capas superiores (como la termosfera y la exosfera) ya son consideradas parte del espacio. Por eso, la Línea de Kármán es una convención técnica más que un borde físico.
Ahora, más de seis décadas después, Katy Perry y compañía han seguido el mismo camino, si bien en una versión mucho más turística, y probablemente con mejor playlist.