En el día mil de la guerra en Ucrania, el conflicto escaló a un nivel más peligroso. Ucrania utilizó por primera vez misiles ATACMS, fabricados en Estados Unidos, para atacar territorio ruso.
La respuesta no se hizo esperar: Rusia no solo denunció el ataque, sino que también actualizó su doctrina nuclear, reduciendo el umbral para un ataque con armas de destrucción masiva.
El ataque ucraniano se centró en la región de Bryansk, donde Rusia afirmó haber interceptado cinco de los seis misiles disparados contra una instalación militar.
Por su parte, Ucrania confirmó que atacó un depósito de armas ruso a unos 110 kilómetros dentro del territorio enemigo, provocando explosiones secundarias.
Este movimiento ocurre días después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobara el uso de los misiles ATACMS, una decisión que Rusia calificó como una "escalada directa" que convierte a Washington en parte activa del conflicto.
El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó el martes una actualización de la doctrina nuclear de su país.
Ahora, Rusia podría recurrir a un ataque nuclear no solo en respuesta a un ataque similar, sino también frente a amenazas convencionales que comprometan la soberanía o integridad territorial rusa o de sus aliados, como Bielorrusia.
La tensión global recuerda la Crisis de los Misiles de 1962. Diplomáticos rusos han advertido que la situación actual es incluso más peligrosa, describiéndola como un "territorio inexplorado" en términos militares y políticos.
"El peligro de un enfrentamiento directo entre potencias nucleares no puede subestimarse", afirmó Sergei Ryabkov, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia.
Mientras las tropas ucranianas resisten en el frente y el presidente Volodímir Zelenski asegura que los "momentos decisivos" del conflicto se darán el próximo año, el panorama político en Occidente podría cambiar drásticamente.
Donald Trump, quien ha prometido terminar la guerra sin especificar cómo, se perfila para regresar al poder.
Analistas sugieren que, aunque los misiles ATACMS pueden otorgar a Ucrania cierta ventaja táctica, no serán un cambio decisivo en una guerra que se extiende.