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El sarampión, una enfermedad viral altamente contagiosa que se creía bajo control, ha vuelto a encender las alertas sanitarias en México. Con 362 casos confirmados en lo que va del año, el país enfrenta un repunte que pone en evidencia la importancia de mantener altas tasas de vacunación.
El brote afecta principalmente al estado de Chihuahua, donde se concentra más del 95% de los contagios registrados.
El sarampión se manifiesta con fiebre alta, tos, congestión nasal, ojos llorosos y manchas blancas dentro de la boca, seguidos de una erupción cutánea que comienza en la cabeza y se extiende al cuerpo. Aunque es prevenible, puede derivar en complicaciones severas como neumonía, encefalitis e incluso secuelas a largo plazo.
La mayoría de los casos se localizan en el municipio de Cuauhtémoc (175), seguido por la capital del estado (60), Ahumada (23) y otras regiones como Riva Palacio, Namiquipa y Ciudad Juárez. Lamentablemente, ya se reportó una defunción: un hombre de 31 años con diabetes y daño renal que no estaba vacunado.
Ante el avance del brote, la Secretaría de Salud ha intensificado las acciones preventivas. La vacuna triple viral (sarampión, rubéola y paperas) es segura, efectiva y gratuita. Las campañas actuales se enfocan en:
Del 26 de abril al 3 de mayo, se llevará a cabo la Semana Nacional de Vacunación, con el objetivo de alcanzar una cobertura del 90% a nivel nacional. Solo en Chihuahua, ya se han aplicado más de 43 mil dosis como parte de esta cruzada sanitaria.
La única forma de contener al sarampión es a través de la inmunización colectiva. Vacunarse no solo protege a quien recibe la dosis, sino también a quienes, por razones médicas, no pueden hacerlo. En este momento, la salud pública depende de la responsabilidad de todos.