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El clima a nivel global experimentaría nuevos cambios: la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) ha confirmado que La Niña, fenómeno climático que influye en las temperaturas, lluvias y patrones atmosféricos del planeta, ha llegado oficialmente a su fin en 2025.
La evaluación se basó en el monitoreo de las temperaturas superficiales del océano en la región Niño-3.4, una zona clave del Pacífico central donde se rastrean los indicios de fenómenos como El Niño y La Niña, y que mostraron un valor de -0.01 grados Celsius (números iguales al promedio) en marzo.
Durante los últimos meses, había una importante acumulación de agua más fría de lo normal bajo la superficie del océano Pacífico cerca del Ecuador. Esta masa de agua ayudaba a mantener el enfriamiento característico de La Niña; sin embargo, ha disminuido de forma significativa.
Además del océano, los vientos también presentan variaciones. Con La Niña, estos se intensifican, promoviendo lluvias en regiones como Indonesia y sequías en partes del Pacífico central. No obstante, el que las aguas superficiales ya no estén frías indica un punto de equilibrio, sin que un fenómeno domine más.
La Niña has ended, and the tropical Pacific is now in a neutral state—neither La Niña nor El Niño. Without those patterns influencing the atmosphere, it´s harder to anticipate seasonal shifts in rain or temperatures. Neutral likely lasts through fall. https://t.co/m9g0rBNruj pic.twitter.com/DbcoKRXjXt
— NOAA Climate.gov (@NOAAClimate) April 10, 2025
Cuando el sistema ENOS (El Niño-Oscilación del Sur) se encuentra en fase neutral, como ahora, las condiciones climáticas tienden a ser más estables. Sin embargo, también abre la puerta a una posible transición hacia El Niño, que suele traer un panorama opuesto: aguas más cálidas, mayor humedad en algunas regiones y sequías en otras.
En México, los efectos del fin de La Niña podrían sentirse en forma de cambios en las lluvias y temperaturas durante la primavera y el verano. En años anteriores, La Niña contribuyó a temporadas de sequía en el norte del país y lluvias intensas en el sur.