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Una voz desgarrada por el miedo marcó el final de Jorge Humberto Figueroa Benítez, "El Perris" o "El 27". Su muerte en un operativo militar fue de la mano de una traición interna que expuso las fisuras más crudas dentro del Cártel de Sinaloa.
Un audio que se filtró el fin de semana y fue validado por el periodista José Luis Montenegro ha estremecido a las redes sociales y al propio entorno del narcotráfico.
En la grabación se escucha a "El Perris" implorar por apoyo a los sicarios de Los Chapitos, consciente de que su vida dependía de una respuesta que nunca llegó.
Las voces del otro lado del radio ofrecieron evasivas. Minutos después, su cuerpo apareció acribillado dentro de una vivienda en Navolato, Sinaloa, donde se escondía.
Las frases que quedaron registradas son cortas, crudas y definitivas. Una súplica sin auxilio de Los Chapitos.
— "El 27, no me dejes, güey", se escucha decir a Figueroa Benítez, en un intento desesperado por obtener refuerzos.
— "¿A qué le tienes miedo o qué, verga? Si los pinches soldados ya andan aquí ya. No que muy vergas, arrímese", insistió, cuando sus propios sicarios se rehusaron a acercarse.
Ningún apoyo llegó. En cuestión de minutos, el Ejército Mexicano ejecutó la operación final. Dentro de una pequeña casa de ladrillo usada como punto de distribución de droga, "El Perris" fue abatido.
Murió sin respaldo, solo, con un fusil junto a su cuerpo, el torso desnudo.
Considerado uno de los operadores clave del ala de Los Chapitos, "El Perris" fue alguna vez un engranaje importante dentro de la maquinaria del Cártel de Sinaloa. El gobierno de Estados Unidos había ofrecido un millón de dólares por información que permitiera su captura.
Sin embargo, detrás de su caída se esconde una trama más profunda. Fuentes cercanas a la investigación aseguran que Figueroa Benítez buscó romper con el grupo criminal y pactar con autoridades mexicanas y estadounidenses. Ese intento habría detonado su sentencia de muerte.
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— Así Las Cosas PM (@asilascosasWPM) May 27, 2025
Este es el supuesto audio de "La Perris" pidiendo auxilio antes de ser abatido
con @EnriqueEnVivo por @WRADIOMexico pic.twitter.com/bVQL7vr1mU
Montenegro sostiene que miembros de La Mayiza, un grupo rival al interior del propio cártel, entregaron su ubicación al Ejército. Al mismo tiempo, sus propios escoltas —bajo la instrucción de Los Chapitos— le retiraron cualquier tipo de cobertura táctica.
Además, se presume que "El Perris" habría facilitado información clave que permitió la detención de varios integrantes del círculo más cercano de los Chapitos, incluyendo a El Jando, El 200, El Güerito y El Toner.
La escena de su muerte fue todo menos cinematográfica. La vivienda donde cayó presentaba signos evidentes de abandono: maleza crecida, una cama con un colchón viejo, impactos de bala en las paredes y una escalera oxidada.
Aquel que fue uno de los hombres más buscados por las agencias internacionales de seguridad vivía sin custodia ni blindaje. En su brazo, tatuados, quedaban los nombres de Joselín, María, Sebastián, José e Iker. Nada más.