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Durante la celebración del carnaval en Tuzamapan, Veracruz, un grupo de jóvenes generó controversia y miedo por disfrazarse de sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), liderado por Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, El Mencho, en una zona del estado paradójicamente bajo la influencia de dicha organización criminal.
En la celebración, una figura de Trump se derretía y los "sicarios" bailaban al ritmo de los corridos. Todo encajaba en una lógica torcida: si la violencia es inevitable, ¿por qué no volverla carnaval?
No había crítica. No había sátira. Una representación brutal del país real, donde el narco es cultura pop y el miedo se digiere con tequila y banda.
Algunos llevaban pasamontañas negros. Simulaban portar armas largas, rodeaban una figura de cartón con el rostro de Donald Trump, y bailaban al ritmo de corridos tumbados. Nadie los detuvo.
Los imitadores de asesinos portaban chalecos con siglas alusivas al CJNG, mientras participaban en el tradicional acto de la quema del mal humor.
Coreaban consignas y bailaban al ritmo de corridos, en presencia de una patrulla de la Policía Municipal. Los jóvenes no fueron a imitar sicarios. Fueron a decir algo. Que el miedo ya no se esconde. Que ahora baila. Que ahora canta corridos.
El infierno empieza cuando nadie lo nota. El pueblo enclavado entre montañas verdes celebró su carnaval anual como una ópera bufa del Apocalipsis. El carnaval de Tuzamapan, celebrado del 1 al 6 de mayo, es conocido por sus desfiles y tradiciones que datan de más de un siglo.
Sin embargo, la aparición de estos jóvenes caracterizados como integrantes del CJNG, durante un evento público y en presencia de autoridades locales, marcó a los asistentes.
"¿Y si no era una broma y este año los sicarios del CJNG se sumaron a las fiestas locales?", pudo preguntar más de uno en una zona que ya ha padecido la violencia del cártel liderado por Nemesio Rubén Oseguera Cervantes.
El presidente de la Junta de Mejoras, Valentín Hernández, indicó que tras la intervención de la policía municipal, se solicitó a los jóvenes que desistieran de utilizar ese tipo de vestimenta.
Este no es el primer incidente violento asociado al carnaval de Tuzamapan. En 2019, un grupo armado atacó a jaraneros, dejando cinco personas muertas y más de 115 casquillos percutidos, lo que llevó a la suspensión del carnaval ese año.
En 2022, cuatro hombres desaparecidos fueron encontrados sin vida en un camino de terracería. Y en 2024, un joven fue asesinado durante las festividades. Estos eventos han generado un ambiente de inseguridad y temor.
La presencia de jóvenes disfrazados como miembros del CJNG en eventos públicos desnuda una tendencia de glorificación de la violencia y la delincuencia organizada.
Activistas y defensores de la cultura han señalado que estas "modas" de violencia están llevando a los jóvenes a perder su identidad cultural y adoptar comportamientos que normalizan la criminalidad.
Lucia Tepole Ortega, defensora del legado de los pueblos originarios en la zona de Zongolica, ha expresado su preocupación por la influencia de la cultura narco en las nuevas generaciones, señalando que los jóvenes están dejando de lado las tradiciones de sus ancestros por adoptar estas modas y mensajes de violencia como si fuera algo normal.
Hasta el momento, ninguna autoridad estatal o federal ha emitido un posicionamiento oficial sobre lo ocurrido en el carnaval de Tuzamapan.