Ni la ceremonia conmemorativa de los 35 años de que Boca del Río alcanzó el rango de ciudad se salvó de quienes pretendieron convertirla en aplausómetro y en culto a la personalidad.
Desde temprano un pequeño grupo se acomodó en las sillas y sin dejar títere con cabeza se dedicó a criticar a los priistas presentes en la Plaza Cívica de Boca del Río y elogiar a gritos a los panistas.
En la ceremonia había priistas porque algunos fueron alcaldes boqueños en el pasado o porque acompañaban a alguno de ellos, de la misma forma en que había panistas, expanistas y hasta políticos del Movimiento Ciudadano quienes, por cierto, convivían civilizada y políticamente.
Así, cuando mencionaban a algún priista o no panista, hacían comentarios como “nadie le aplaudió” o “ni lo pelaron”.
Sin embargo cuando se mencionó a Miguel Ángel Yunes Márquez, quien acudió invitado como excalcalde, lanzaron gritos que provocaron las miradas de desaprobación procedentes del público.
Y mientras el grupo de personas boqueñas parecía cumplir una encomienda de resaltar a unos y criticar a otros, cuando Salvador Manzur Díaz subió al estrado para recibir su reconocimiento como exalcalde quedó frente a su antecesor y sucesor Miguel Ángel Yunes Márquez.
Ambos exalcaldes llevaban en brazos su respectivo reconocimiento y a un lado estaba Anselmo Estandía. Entonces intercambiaron algunos comentarios y sonrieron.
A la distancia parecía una breve conversación cordial, o políticamente cordial. Yunes Márquez se vio relajado durante el breve diálogo.
Y después todos bajaron para dar paso a la Filarmónica de Boca del Río.
Y no hubo señales visibles de que se activara el aparentemente pretendido aplausómetro azul.