La muerte repentina de Salvador Ramírez Valdivia, “Chava Blues”, no solo ocasionó reacciones de tristeza entre la sociedad xalapeña por ser él un personaje destacado de ella, también por la forma en que el músico murió.
El 5 de enero, Ramírez Valdivia, murió horas después de haber sido atropellado por una motocicleta en una de las céntricas y más transitadas avenidas de Xalapa, lo cual despertó un sentimiento generalizado de indignación que se manifestó en redes sociales.
Si bien, según versiones de testigos, Chava Blues habría cometido una imprudencia al momento de atravesar la avenida Ávila Camacho donde ocurrió el accidente que le cobraría la vida, la conclusión a la que la gente de Xalapa ha llegado con esta tragedia es que la ciudad se ha vuelto paulatinamente una más difícil para los peatones.
(La muerte de Chava Blues) “fue producto de una ciudad que no hace nada por sus peatones”, apuntó una reconocida actriz de teatro en Facebook, en el muro de esta periodista que redacta.
Igualmente, una promotora y gestora cultural, así como poeta de la ciudad de Veracruz, expresó que la muerte del músico urbano, cuya fama traspasó los límites de la capital de la entidad, expresó un sentimiento de injusticia ante el terrible fallecimiento.
“Xalapa y Coatepec sí que se volvieron ciudades caos con su nivel de tráfico, a mí estuvieron a punto de atropellarme en la bici (bicicleta) un sin número de veces, y casualmente, al menos en Coatepec, siempre eran señoras manejando con celular en la mano”, compartió otro músico, jaranero, al respecto.
Y es que Salvador Ramírez Valdivia en 2020, libró la muerte luego de su estado de salud menguara por enfermedad, para la cual requirió una cirugía y entonces, la gente de Xalapa le ayudó con lo que pudo, como esta vez le colocó una ofrenda en la calle de Enríquez, desde el pasado domingo para honrar la memoria de quien casi diariamente, llenaba de música rock y blues en la principal arteria del corazón de Xalapa.
En aquel año, Chava tuvo que rifar una de sus apreciadas guitarras para poder solventar los gastos de su cirugía y en este enero de 2024, su viuda y familia tuvieron que pedir apoyo económico, otra vez en redes sociales, para costear los servicios funerarios.
La primera tarde en que Chava Blues no llegó a su escenario en la calle de Enríquez, esta estuvo tan estridente como siempre empero a que no escucharon los acordes de rock ni bluseros de la guitarra de quien en vida interpretó rolas de The Beatles, Moody Blues, Yardbirds, entre otros ya clásicos.
En esa tarde, otro músico urbano cantaba canciones de Los Ángeles Azules y un personaje las bailaba mientras les pedía a los caminantes una cooperación voluntaria.
Minutos más tarde, otro rockero urbano llegó a tocar y mientras lo hacía, más de una persona se le acercó para preguntarle sobre Chava, el guitarrista -quien en más de una ocasión compartió ese escenario citadino con el fallecido-, congojado se detenido a narrar lo que muchos ya sabía: el accidente que el blusero había padecido hasta morir.
El funeral y entierro de Salvador “Chava Blues” fue el domingo, para la noche de ese día, en el sitio donde solía tocar ya se había colocado una ofrenda que ni el chipichipi xalapeño pudo apagar.
Era como si esa lluvia y neblina estuviera despidiendo al más conocido de los músicos y artistas que todos los días toman las calles, las avenidas, donde además de allí ganarse la vida, exponen su integridad ante las imprudencias que se suscitan en una ciudad cada vez más sin orden, hostil para los transeúntes y con obras que poco favorecen a quienes no conducen un vehículo.