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Veracruz se mantiene como una de las entidades del país donde menos madres logran integrarse al mercado laboral formal, una realidad que expone los pendientes persistentes en equidad y condiciones laborales para las mujeres con hijos.
Según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), solo el 41% de las mujeres veracruzanas participa activamente en actividades económicas remuneradas, ubicándose entre los estados con menor inclusión femenina, solo por encima de Zacatecas, Tabasco y Chiapas.
Este dato cobra aún más relevancia al considerar que siete de cada diez mujeres mexicanas que trabajan también son madres. Sin embargo, a mayor número de hijos, menor es su participación laboral y mayores son las posibilidades de quedar atrapadas en esquemas informales de trabajo, sin acceso a seguridad social ni estabilidad económica.
La penalización económica hacia las madres es una constante. Una mujer con más de cinco hijos puede llegar a percibir hasta un 30% menos de ingresos que una con solo un hijo.
Esta brecha no solo afecta la calidad de vida individual, sino que limita la capacidad de desarrollo económico del país en su conjunto.
En este sentido, el IMCO proyecta que, si México lograra igualar la participación económica femenina al promedio de los países de la OCDE, se podría generar un aumento significativo en el PIB nacional. No se trata solo de justicia social, sino de una oportunidad económica perdida.
La comparación entre entidades también muestra el contraste: Baja California Sur destaca como el estado donde más madres están activas laboralmente, con una participación del 57%, mientras que Chiapas se ubica al final de la lista con solo un 30%.
Estas diferencias reflejan la disparidad en políticas de apoyo, acceso a guarderías, movilidad laboral y redes de cuidado.